Lo mejor del punto de cruz es su sencillez y accesibilidad. Es la manera perfecta de iniciarse en el mundo de las labores ya que con poco esfuerzo y poco dinero podemos realizar trabajos realmente exquisitos, que decoren cualquier rincón de la casa y con la satisfacción de haberlos hecho con nuestras propias manos. Ya hemos hablado otras veces de lo sencillo que resulta decorar una habitación con pequeños bastidores bordados. Hoy os mostramos la versión más sencilla de este tipo de trabajos. Unos sencillos dibujos en dos o tres colores que se pueden realizar con muy pocas puntadas y sin apenas cambiar de hilo. Podemos colocarlos en una habitación infantil, incluso los niños pueden ayudarnos a realizarlos. Una vez terminados podéis colocarlos tal cual en la pared o añadirles un lazo para que cuelguen de él y el resultado sea más pulido. Utilizad cualquier patrón que tengáis a mano o incluso atreveros a diseñar uno propio. Si os gusta alguno de los modelos de la imagen lo encontraréis en andwabisabi.
Un mural con bastidores y punto de cruz
